HISTORIA
Tocaima fue una de las
ciudades más importantes del virreinato de la Nueva Granada. Aquí
encontrarás la relación de los hechos más importantes acontecidos en
Tocaima desde la prehistoria hasta nuestros días.
LA ÉPOCA
PRECOLOMBINA
LA
NACIÓN PANCHE
![]() | |
El Orador |
Su piel era cobriza,
andaban desnudos, con zarcillos en orejas y narices, sartas de colores
en cuello y cintura y plumas de colores en la cabeza. Adornaban cuello,
frente, brazos, muslos y pantorrillas con piezas de oro. Tenían por
costumbre colocar tablas en la parte posterior y anterior de la cabeza
de los niños, para que el cráneo tomara forma de pirámide. Sus armas
eran mazas, macanas, arcos, flechas y dardos. Preparaban mezclas de
venenos de serpientes, arañas y alacranes para envenenar las flechas y
los dardos. De los Panches, los Tocaimas eran los más civilizados y de
índole más pacifica, y los Síquimas los más guerreros.
Alumbramiento |
![]() |
Calendario Solar |
Trabajaron la cerámica
para fabricar ollas y utensilios caseros. Conocieron el arte del hilado
y el tejido, aunque en forma rudimentaria. El arte rupestre lo
expresaron mediante ideogramas grabados o pintados en las rocas, de los
cuales aún subsisten muestras en el cerro Guacaná y en la piedra del
Chucui. La música, que en todos los pueblos ha sido una manifestación
artística y aveces con connotaciones religiosas, también la practicaron
los Panches con instrumentos tales como carracas, fotutos, trompetas de
caracol, cascabeles, semillas secas y tambores.
Los primeros
conquistadores españoles llegaron a la Sabana de Bogotá, al mando de
Gonzalo Jiménez de Quesada y desde allí iniciaron sus excursiones y
conquistas en busca de oro y esmeraldas, pues venían con la codiciosa
idea de hallar El Dorado, una supuesta ciudad indígena con fabulosas
riquezas.
Los españoles poseían
armas modernas como lanzas, arcabuces, espadas, pistolas y,
especialmente, perros y caballos, que eran desconocidos para los
indígenas. Además, protegían sus cuerpos con corazas, yelmos metálicos y
trajes abullonados con algodón para protegerse de las flechas y dardos.
Fuera de esto, tenían el conocimiento de la táctica militar y la
experiencia de las muchísimas guerras libradas por España en Europa.
Los Panches defendieron con coraje sus tierras y su libertad en contra de los españoles. Conchima, uno de los más valerosos caciques, libró furiosos combates hasta caer vencido por las fuerzas aliadas de Muiscas y españoles. Otros héroes fueron: Lutaima, Lichinú, Ibiantor, Calandaima, Siquima, Iqueima, quienes también se opusieron a los españoles. Se les debe considerar héroes de una causa justa que al final se vio completamente perdida por la superioridad del poderío bélico español.
Al saber los españoles,
por boca de los Panches, que existían yacimientos de oro al otro lado
del río Grande, como llamaban los indígenas al río Magdalena, salió de
Santafé una expedición al mando del Capitán Hernán Venegas Carrillo.
Llegaron hasta las tierras de Venadillo y Sabandija (Mariquita) donde
encontraron abundantes muestras del ambiciado metal. Al regreso a
Santafé, vieron la necesidad de someter a todos los Panches que se
interponían en el camino y fundar una ciudad intermedia en el camino
hacia las minas recién descubiertas. Para el efecto, Luis Alonso de
Lugo, quien había llegado de España nombrado Adelantado de las tierras
descubiertas, envió a Hernán Venegas Carrillo al mando de sesenta
soldados.
Venegas, tras someter a
Lachimi y Sutaima, pasó a la región situada a orillas del río Patí , que
se llamaba Tocayma, "en honor a un antiquísimo jefe guerrero que llevó
tal nombre y cuyo recuerdo se veneraba allí". Eran dominios del cacique
Guacaná, el más poderoso y respetado de los jefes comarcanos. Guacaná
les esperaba, al frente de su tribu, listo para la defensa. Enviaron los
españoles como emisario a un indígena Síquima que les servía de
intérprete. Guacaná, tras responder que al día siguiente iría a hablar
personalmente con el capitán Venegas, convocó al consejo de los Acaymas,
conformado por los individuos de más autoridad en la tribu; con su
parecer, se resolvió recibir de paz a los castellanos. Durante la noche,
ordenó preparar regalos y comida para los xuas (así llamaban los panches
a los españoles), y al amanecer se dirigió a donde acampaban,
acompañado de sus subalternos cargados con "gran suma de maíz, frutas,
baquiras, venados, conejos, curíes, perdices, palomas, tórtolas y otras
aves" que deleitaron los extranjeros. Acordó Guacaná la paz,
"prometiendo de su parte honrada correspondencia de amor y buena
amistad, que jamás quebró este indio ni sus vasallos, desde ese día que
la dieron a los españoles" y autorizó erigir un poblado con la ayuda de
los Tocaimas, a condición de que otras tribus colaboraran en el trabajo
porque según él, "el que gobierna, todo lo debe advertir".
Una semana después, el 20
de marzo de 1544, un poco más abajo de El Portillo, en la margen derecha
del río Patí, como lo demuestra un mapa de la época, fundaron un poblado
con el nombre de Tocayma, conservando el nombre que ya tenía la comarca.
Nombraron las autoridades, siendo el primer alcalde Juan de Salinas.
Dominados los Panches, se
inicia la destrucción de su forma de vida. Los indígenas y sus tierras
fueron repartidos entre los españoles en encomiendas. Se les concentró
en poblaciones, a la usanza española, condenados prácticamente a la
esclavitud, explotados en las minas de oro y en el cultivo la tierra
Se convirtió Tocaima en
real o fuerte militar de donde salieron los españoles a conquistar los
llanos de la margen occidental del río Grande de la Magdalena (hoy
Tolima y Huila) hasta las cimas de la cordillera central.
![]() |
LA COLONIA
Una vez los españoles
someten a los naturales, implantan sus leyes, religión y costumbres. Se
inicia la época de nuestra historia conocida como La Colonia. Durante
este período el gobierno dependía directamente del rey de España a
través de las instituciones creadas por la corona como virreinatos,
cabildos, audiencias, encomiendas, etc.
Padecía Tocaima
frecuentes inundaciones por estar situada en las cercanías del río. En
1581 una gigantesca avenida del Bogotá arrasó parte del pueblo,
destruyendo el Cabildo y el convento. La leyenda cuenta que una imagen
de San Jacinto quedó flotando sobre las aguas, hecho que interpretaron
los habitantes como un milagro. Aunque parte de la ciudad quedó en pie y
continuó en el mismo lugar algún tiempo, los gobernantes vieron la
necesidad de trasladarla a un sitio más seguro. Así, el 18 de marzo de
1621 el Capitán Martín de Ocampo restablece Tocaima en la meseta donde
actualmente se erige.
Una semana después, el 20
de marzo de 1544, un poco más abajo de El Portillo, en la margen derecha
del río Patí, como lo demuestra un mapa de la época, fundaron un poblado
con el nombre de Tocayma, conservando el nombre que ya tenía la comarca.
Nombraron las autoridades, siendo el primer alcalde Juan de Salinas.
LA INDEPENDENCIA
Tocaima aportó algunos de
sus hombres para combatir por la libertad del yugo español, los cuales
murieron en diferentes países bolivarianos.
El 11 de noviembre de
1826 y para evitar el total rompimiento con el Libertador General Simón
Bolívar, el entonces vicepresidente Francisco de Paula Santander sale a
recibirlo en Tocaima. Se reúnen en el salón de la Alcaldía, donde
firmaron un histórico acuerdo que sirvió de norma orientadora de la
política seguida por los dos gobernantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor hacer comentarios de la manera mas etica y profesional posible.